La limoieza de la casa brilla por su ausencia, nada nas entrar vimos un pajaro muerto en el balcon del comedor. Y no llebava ni una, ni dos semanas ahi, si no más. En otro balcon faltaba media barandilla, que estaba simplemente marcado con una cinta amarilla que se rompe con mirarla, cualquier persona o niño se puede caer de ahí. En plena ola de calor, no solo no fueron capaces de dejar un triste ventilador, para ningunobde los 6 que habia en la casa, si no que nos dejaron un calefactor. Tan solo había dos royos de papel de vater para una casa en la que se supone que se ospedan 10 personas. La casa comparte la estructura con un bar, que esta justo abajo y se escucha todo, en ambos sentidos. Una experiencia orrible y nk recomiendo a nadie alquilar esta casa, no vale la pena.